12 de noviembre de 2009

Un rumiante de museo


Sigo echando mano de dibujos en la libreta. Este lo hice visitando un museo en Venecia, hace un tiempo busqué su nombre, si no me he equivocado es Cà Pesaro, tenía unas figurinas asiáticas bellísimas y no me pude resistir a tomar bocetos de las que me llamaron más la atención, a veces dibujar lo que estás viendo, aunque no te salga bien o parecido, es un buen ejercicio para comprender su complejidad o belleza de los detalles, en vez de ver el conjunto y con eso quedarnos satisfechos.

Nuestro cerebro es traicionero en ese sentido, siempre se salta los detalles que considera conocidos:"ah bueno eso es un ojo, eso es una nariz" y por mucho que repasemos la figura con la mirada, la cantidad e información que nos puede dar se queda reducido a datos conocidos reunidos en una lista de cosas que nos parecieron distintas, o de impresiones generales

La de dibujar lo que estás viendo es una técnica para escudriñar lo que ves, sitúa al espectador en una situación más activa y te encuentras ante encrucijadas y sorpresas de cómo resolvió este detalle y como es este otro. Ojalá lo hiciese más, creo que es un ejercicio recomendable.

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