De resaca estaba la ciudad, no nosotros. Pero era difícil de saberlo, quedaban los restos de la nieve y muchos turistas saliendo con sus maletas, bolsas con plumas y algún que otro disfraz hecho con cajas de cartón. Nos olvidamos el mapa y la libreta en la que había preparado información sobre alguna ruta interesante para recorrerla en un día. Así que caminamos por la ciudad sin más dejándonos llevar.
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