
Sarajevo es una ciudad enorme, tuvimos la suerte de llegar después de haber nevado, no dodíamos dejar pasar la oportunidad de ver el conjunto de la ciudad cubierta de nieve desde lo lejos, por eso comenzamos la mañana escapándonos en busca de un punto alto para mirar atrás sorprendidos, fue divertido porque no sabíamos bien si encontraríamos una vista adecuada simplemente subíamos una calle empinada en dirección opuesta al centro de la ciudad. Poco a poco según nos alejábamos se iba componiendo la imagen de conjunto. Según avanzábamos el tipo de gente que nos encontrábamos era muy distinta al del centro de la ciudad, al bajar cambiamos la ruta y atravesamos una parte más empobrecida de Sarajevo, y que en parte nos parecía más auténtica, en oposición a la juventud y modernidad que desprende la parte turística de la ciudad.
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